22/10/19

Cómo llegar saludablemente a la longevidad

¿Es posible vivir en promedio 100 años y tener espíritu jovial y saludable?



Veamos algunos ejemplos de comunidades longevas:

Ubicado entre las montañas del Himalaya, en el extremo norte de la India, donde convergen las tierras de Cachemira, India y Pakistán, se encuentra el Valle de Hunza, y sobre este valle vive un pueblo de poco más de treinta mil ciudadanos libres, saludables, alegres, amistosos y longevos: sus habitantes viven un promedio que supera los 100 años de edad, rara vez se enferman y su apariencia es invariablemente joven. Viven alejados de la vida caótica de las metrópolis. Su elixir de vida se basa en simples rutinas: se ejercitan a diario, toman agua alcalina y comen una alimentación orgánica y fresca. Algunos investigadores han catalogado su dieta como lacto-vegetariana, donde la mayor parte de ella consiste en consumir agua de glaciar, leche no pasteurizada, vegetales de hojas verdes y hortalizas.

El valle de Hunza se encuentra a unos 2400 metros de altura y se extiende por una superficie de 7900 km². Esta región es conocida también como el lugar en el que se encuentra Shangri-lá, la tierra de la juventud eterna.



Los primeros investigadores que tuvieron contacto con el pueblo se sorprendieron por la vida tan larga de los habitantes, además de las condiciones de felicidad en que vivían y su buen estado de salud.Los Ingleses cuando colonizaron India enviaron a todas las provincias destacamentos médicos. Así fue como el Escocés Mac Carrison llegó al territorio que habitaban los Hunzas. Los Hunzas llamaron la atención de Mac Carrison por su magnífica salud, y su resistencia al cansancio, caminaban y recorrían grandes distancias sin sentir apenas cansancio. Pero como médico resultó frustrado. Los Hunzas no conocían la enfermedad, salvo algunos accidentes o traumatismos, las enfermedades de los hunzas eran triviales y se resolvían con ayunos y yuyos. Muchos años después Mac Carrison recordó a los Hunzas y se decidió a investigar las causas de su exuberante salud. Su estudio lo llevó a concluir que los Hunzas son el ideal de salud humana. Se encuentran libres de enfermedades degenerativas, y poseen un fuerte sistema inmune. Dice Mac Carrison “.... La vejez no debilitaba su visión ni su audición, sus dientes se conservaban intactos, el corazón seguía siendo capaz de esfuerzos. La vida sólo se extingue a edad avanzada, a los 120 años.......” Los Hunzas mantienen un estado de ánimo siempre igual y su carácter es apacible y alegre, las enfermedades mentales tampoco existen entre ellos.



Mac Carrison llegó a la conclusión que el factor clave para la salud debía ser buscado en la alimentación. En Inglaterra Mac Carrison verificó los resultados de sus conclusiones en experimentos de laboratorio. Alimentó a 1200 ratas con la comida típica de los barrios londinenses, a base de harina refinada, dulces, conservas etc. Encontró en las ratas después de un tiempo las mismas enfermedades que en los humanos, además comprobó que los animales se volvían más irritables y agresivos. Al otro grupo similar de ratas Mac Carrison le administró la comida típica de los Hunza y comprobó que se mantenían sanas y mucho más pacíficas. Obviamente las ratas no son seres humanos y su nivel de conciencia es muy inferior al de la raza humana. En la sociedad actual nos sentimos continuamente exigidos, por lo cual agotamos rápidamente nuestras energías y no tenemos tiempo para una correcta regeneración, esto unido a una alimentación de comida chatarra es muy perjudicial. Volviendo a los Hunzas, el Lingüista David Lorimer también se interesó por ellos y pasó 15 meses con los Hunza para investigar su forma de vida. Dice Lorimer: “Los Hunza son individuos distribuidos en seis tribus y ciento cincuenta aldeas situadas a altitudes entre los 1650 y 2450 metros . La capital es Baltit. Las aldeas se encuentran escalonadas en salientes montañosas que se suceden a lo largo de una quincena de kilómetros, en salientes soleadas que dominan gargantas de 600 a 900 metros de profundidad.



El ejercicio es realizado todos los días por ancianos, adultos y niños. Para el simple hecho de atender las siembras en sus pequeñas parcelas diseminadas entre los montes escarpados, necesitan hacer largas caminatas bajando y subiendo empinadas pendientes. No usan drogas ni vacunas de ninguna especie. El agua que beben es la acumulada en las montañas, con toda la pureza y ligereza del agua de lluvia, sin residuos de los minerales inorgánicos que endurecen las arteriasPero el doctor McCarrison no atribuye la exuberante vitalidad de los hunza exclusivamente a su alimentación natural, con un mínimo de alimentos cocinados y un noventa por ciento de comida cruda. El sostiene que esa vitalidad comienza en la tierra misma, cultivada en terracerías y a base de abonos orgánicos más o menos en una proporción de tres cuartas partes de hojas y tallos, es decir, vegetales, y una cuarta parte de abono de otra clase. Un método empleado en muchas regiones del mundo, con abonos orgánicos. La terracería en forma de gradas o escaleras en las laderas de las montañas, hace que en cada una de ellas se sedimenten sustancias que son traídas de la parte superior de la loma donde están situadas: esta sedimentación trae no sólo materia orgánica, sino polvo de roca que la tierra suple a la planta en conjunción con los demás elementos y que luego la planta sintetiza en forma orgánica en su propia sustancia y en sus productos, brindando un alimento superior en calidad. 



Desde la primera infancia los niños reciben una nutrición natural, puesto que las madres le dan el pecho por dos o tres años a sus hijos. El resultado de esta larga lactancia no se reduce sólo a una salud física más robusta, sino a un carácter más estable, debido a un sistema nervioso mejor nutrido por los insustituibles elementos de la leche materna y por las impresiones psíquicas de amor, protección y seguridad que se graban en el niño cuando se desarrolla todo el mecanismo de la lactancia, en el que intervienen el arrullo, el abrazo, el acunamiento, el calor y el contacto directo entre el niño y la madres, que le otorga su pecho.



Los hunza es una población que casi nunca se enferma y que además conserva un aspecto sano y juvenil. Acostumbran bañarse con agua fría y realizan muchas actividades durante el día, caminan bastante y están en constante movimiento, lo que sin duda es fundamental para llevar una vida mucho más saludable. 



Es un pueblo que se ha mantenido al margen, escondido entre ríos y montañas, alejado del estrés, que es uno de los problemas que más afecta a la sociedad el día de hoy. Es por eso que también se les ha identificado como un grupo étnico que vive sin mayores preocupaciones, tranquilo y feliz. Puede ser éste otro motivo que explique el por qué los habitantes de Hunza tengan una vida tan longeva. Una mujer de más de 35 años podría ser confundida con una adolescente. 



Las mujeres no tienen problema para embarazarse por ejemplo a los 60 años; su estado físico les permite dar a luz incluso aún después de los 50. Aunque el estado mental en el que se encuentra la etnia, puede influir también en su longevidad la dieta vegetariana que siguen, la que puede ser la causante principal de la vida tan larga y saludable que llevan. El aislamiento los ha dejado conservar sus tradiciones y seguir con una alimentación sana. 

Es, quizá, el pueblo de los hunza, un ejemplo que debiéramos seguir para cuidar nuestro estilo de vida, y llegar a la vejez de manera saludable.


Veamos el siguiente video que resume las características de este pueblo



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